Se pierde en la oscuridad del tiempo. Se sabe que en sus
orígenes se preparaba de diversas maneras. Cada cual lo realizaba de forma
harto caprichosa, bien a su gusto o a gusto del cliente. No obstante, se conoce
que el famoso barman Jerry Thomas, que trabajaba allá por la mitad del siglo
pasado en el Hotel Metropolitan, de Broadway, fue el perfeccionador del moderno
Tom Collins. El lo preparaba de esta forma: el jugo de un limón, un vasito de
ginebra seca, una cucharadita de azúcar, todo servido en un vaso grande de
refresco, con hielo, llenándolo después hasta el tope con gaseosa. Con el
tiempo se sustituyó esta por agua mineral gaseada y en la actualidad se suele
utilizar agua de soda.
Lo cierto es que, originariamente, el gran secreto del éxito
del Tom Collins fue el peculiarísimo sabor que la gaseosa le daba al mismo al
ser mezclada con las otras partes del la mezcla.
Se sabe que esto ocurrió en 1862 y que se hizo muy popular
en todo New York y que pocos años después, en 1870, ya se conocía en la lejana
California, en Mandalay (Birmania), en Hong Kong, París, Londres y otras
ciudades de renombre. Jerry Thomas fue también creador del no menos famoso
cock-tail "Tom y Jerry", gloriosa preparación caliente, anticatarral,
y del no menos sugerente y atractivo "Blue Blazer".